[DOWNLOAD] "Lucila. La niña bonita y coqueta de Galdar." by Cristóbal García Blairsy " Book PDF Kindle ePub Free
eBook details
- Title: Lucila. La niña bonita y coqueta de Galdar.
- Author : Cristóbal García Blairsy
- Release Date : January 13, 2014
- Genre: Family & Relationships,Books,Nonfiction,
- Pages : * pages
- Size : 4453 KB
Description
Un día del mes de marzo del año 2014 (menos de un mes de la ausencia inasumida de Anita Reina) hicimos, yo de guía, con mis nietos Guillermo y su pareja Mercedes, Jose y Sergio, una excursión recreativo-cultural a la ciudad de Moya para visitar su magnífica iglesia-basílica y la deliciosa casa-museo de Tomás Morales.
Como nos suele suceder a los que ya superamos los 80 años, me asombró la “falta de ignorancia” de mis jóvenes nietos: Guillermo y Mercedes (brillantes ingenieros industriales), Jose (brillante licenciado en bellas artes) y el más joven, Sergio (18 años, universitario y futuro brillante biólogo).
Ninguno sabía quién era Tomás Morales, y por supuesto, cuando contemplamos la impactante fotografía de la casa-museo, quiénes eran Saulo Tolón y Alonso Quesada.
Les pregunté: -¿Cuando transitan por la importante calle de Tomás Morales y ven el instituto que lleva su nombre, no se les ocurre pensar quién es?
Las cientos de veces que transitan en la Avenida que bordea las instalaciones de Club Natación Metropole y ven el busto en bronce de Alonso Quesada, ¿quién es?
Las miles de veces que en un extremo del Paseo de Las Canteras, en La Puntilla, encuentran en una placita con un busto en bronce de Saulo Tolón, ¿quién es?
Seguimos hacia el bosque de laurisilva de Los Tilos y entramos unos cientos de metros; al regreso lo hicimos intregramente de arriba abajo.
Mercedes, tinerfeña (no “chicharrera”), guapa y socarrona, exclamó: -Ah, tenías razón Chicho, en Gran Canaria hay unos arbolitos de laurisilva. (Si la oyera su paisano don Pepito Rodríguez…).
Continuamos hacia Santa Cristina, a ver una “finca” familiar de unos 1.200 metros cuadrados, y allí nos esperaba Lizardo Mantel, que sabía de nuestra excursión porque, casualmente, se lo había comentado en una conversación telefónica que tuvimos unos días antes.
Pasamos a su magnifica casa, con jardín-huerta (donde Sergio recibió una lección práctica de botánica canaria por parte de Kety, la esposa de Lizardo), y junto con sus sobrinos Lydia y Alejandro, charlamos largamente, acompañados de un excelente vino tinto con enyesques.
Hora de comer. Nos despedimos y salimos hacia Montaña Alta al justamente acreditado restaurante “La Piedra del Molino”.
Pedimos unos entrantes y al elegir el plato principal, la camarera ofreció “callos a la madrileña” (uno de mis platos favoritos, cuando están bien cocinados, que no es fácil).
Miré a la camarera, una agraciada jovencita de expresión risueña, y le pregunte: “¿Cómo te llamas?”.
-Tania.
¡Salto la chispa!
Comencé a canturrear: “Ay Tani que mi Tani que…”. Ella me acompañó: “Ay Tani que mi Tani…”. Sonrió y añadió: -Yo soy Tania, no soy Tani.
Los callos a la madrileña fueron excelentes, pero mientras los degustaba, interiormente: “Ay Tani que mi Tani que mi Tani…”
Al finalizar la comida, y en espera de los postres, ya tenía el título y esbozado el cuento.
Ténganse en cuenta que en aquellas fechas yo estaba -y sigo estando- hipersensibilizado.
Miré a mis nietos que, entre los cuatro, armaban un buen barullo de risas y comentarios, como es lógico.
Decidí: -¡Atención! Voy a contarles un Cuento Romántico que podemos titular “La niña bonita y coqueta de Gáldar”.
Pero no lo dije.
Junto a su “alboroto” estaba el fuerte rumor del comedor, completamente lleno.
Ítem mas, Lizardo con su familia acababan de llegar. Por cierto, cuando me levanté para pagar con la intención de que incluyera la mesa de Lizardo, me encontré que era la mía la que ya estaba pagada. Lizardo tiene “mando en plaza”, es cliente habitual.
Total, me callé… de momento. La chispa que inocentemente provocó Tania, la guapa y simpática camarera de La Piedra del Molino, ya había prendido.
Escribiré un cuento.